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Formación permanente es conversión permanente


  
Comenzamos la mañana con un poco de inquietud por el tema que teníamos que abordar. ¿Cómo nuestras estructuras sirven a la vida y la misión de los oblatos en Europa y sobre todo si algunas o todas las Unidades de Europa están llamadas a hacer algún nuevo proceso de reestructuración? El inicio fue bueno y pacífico. Los PP. Alberto Gnemi (provincial de la Mediterránea), Stefan Obergfell (Provincial de la Provincia Central de Europa) y Vincent Gruber (Provincial de Francia) compartieron la experiencia de unificación de sus respectivas Unidades. Nos hablaron de los aspectos positivos, de las dificultades y de los retos para el futuro. También se presentó el documento del gobierno central sobre la reestructuración. Me pareció que estos momentos fueron muy valorados por los participantes. La cosa comenzó a cambiar cuando fuimos a la reunión de grupos. ¿Por qué? Muy sencillo, empezaron a hablar las emociones, sobre todo las de aquellos que sienten que algo tiene que pasar en su Unidad pero todavía no está muy claro el qué ni el cómo. Y entre emociones y emociones fuimos caminando.

En la puesta en común compartimos sobre lo que podíamos aprender de las experiencias de unificación de Provincias en Europa, de nuestros sentimientos ante estos procesos, qué posibilidades descubríamos y si había alguna propuesta concreta. Me parece que nos costó aterrizar en lo de las propuestas concretas y más bien hubo una dispersión de propuestas. Sí parece claro que la Región desea seguir mejorando su trabajo en comisiones y continuar promocionando encuentros entre los Oblatos. Un poco menos claro parece la propuesta que se hizo de hacer alguna comunidad interprovincial de la Región (al estilo de la de Lourdes) y un poquito menos el que cada Unidad haga una comunidad en la que pueda recibir oblatos de la Región. Algunos pedían que el gobierno central “ordenara” (o que fuera más pro-activo que se dice ahora) nuevas unificaciones de Provincia. A los provinciales tocará ahora mover ficha si es que pueden. En fin, terminamos recordando que las estructuras están al servicio de la vida y la misión oblata y que sin una auténtica conversión a nuestro carisma religioso y misionero, los cambios de estructuras sirven de poco. Luego la llamada principal sigue siendo la conversión y poner a Jesús en el centro.

En la última sesión en común de la tarde vimos en primicia un video en el que el P. General nos invitaba a participar en el segundo año del Trienio Oblato. El P. Cornelius Ngoka, Asistente General de la Formación, dijo que el Trienio Oblato era como hacer el Camino de Santiago: una peregrinación que nos invita a la autenticidad de vida. En el Camino a Compostela muchos llevan dos bastones. En el Trienio Oblato los dos bastones son las reuniones de comunidad para compartir la fe y buscar signos concretos de conversión. La formación permanente es un reto para todos los religiosos  y en el mismo Prefacio el Fundador nos invita a renovarnos sin cesar en el espíritu de nuestra vocación. Una responsabilidad de cada uno. Por cierto que se comentó que en la animación del carisma oblato y en el entusiasmo por el programa del Trienio muchos laicos nos llevan la delantera. Tanto es así que en alguna provincia son los laicos los animadores de los programas provinciales.

A la hora de la cena recibimos la visita de los cinco oblatos de la comunidad de Aluche y algunos compartieron con ellos un buen tiempo de la sobremesa. Y hace apenas unos minutos he visto a un grupo numeroso de oblatos europeos que comenzaba su peregrinación en la casa martirial guiados por el P. Diego Sáez que iba dando las explicaciones oportunas del bellísimo testimonio de nuestros Beatos Mártires que han dejado sus trazas en esta santa casa. Seguro que ellos interceden por nosotros.


Nota: Hoy el fotógrafo no me facilitó ninguna fotografía así que he puesto sólo algunos adornos. 

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