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Breves reflexiones al hilo de un encuentro

Antes de terminar estos días de formación para superiores mayores aquí en Roma, quiero compartir con vosotros mis impresiones sobre esta vivencia. En primer lugar quiero agradecer al Señor la oportunidad que me ha brindado de poder pasar casi quince días compartiendo con la Administración General y otros provinciales este intenso periodo. El objetivo es el de formarnos en lo esencial para ejercer bien nuestro ministerio al servicio de los hermanos. Como sabéis esta tarea no es sólo intelectual, sino sobre todo experiencial. Me llevo muchas ideas y bastantes vivencias. Trataré de irlas compartiendo con vosotros a lo largo de estos tres años en los que el Señor me pedido ejercer este ministerio del servicio. Procuraré iros enviando poco a poco los documentos, las reflexiones e interpelaciones que he recibido, pues considero que lo recibido aquí es para el bien de todos y todos deben beneficiarse de ello.

He recibido sobre todo una fuerte llamada a la conversión, en los ámbitos propios que nos muestra el último Capítulo General, que nos invita a su vez a releer los anteriores Capítulos, centrados en nuestra vida comunitaria y misionera sobre todo. Ante el trienio de preparación del 200 aniversario del nacimiento de la Congregación, que la Administración está preparando, creo que puede suponer para nosotros un momento de renovación interior y comunitaria. Desde aquí os envío algunas fotos ilustrativas de lo vivido aquí estos días. Preparémonos bien ante el alegre acontecimiento de los votos perpetuos de nuestro Carlos Huete.


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