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Escribe el P. Aladino


VISTO EN FACEBOOK en el muro del P. Tony Mariangeli, omi (Vicario provincial Argentina Chile)

PADRE WLADIMIR, Provincial de los Misioneros Oblatos de Argentina.

Créame, P. Provincial, que no encuentro palabras para agradecer a los Oblatos y a tantas personas buenas de Argentina que lloran la muerte de mi querido hermano con nosotros, su familia de sangre.

Siento como un deber reconocer en mi hermano algo en lo que siempre se distinguió y que fue como su santo y seña: Ser misionero. Por eso su palabra, cuando predicaba e incluso en una simple conversación, siempre estaba como coloreada de esa realidad. Y por eso en sus predicaciones y en su conversación aparecía tan convincente y tan “mordiente”… Y no es que buscara el aplauso, todo lo contrario, buscaba desde su convicción profunda compartir su “seguridad” en la fe y acercar a las personas al Señor, a Dios…

No es de extrañar que en estas horas vaya apareciendo en tantas personas regadas por la geografía de Argentina, el dolor y las lágrimas por esta inesperada y rápida despedida. Porque el P. José Mª, lo decía él, se sentía más argentino que español, puesto que de sus 83 años de vida en la tierra, pasó casi 60 años en Argentina: Por Buenos Aires, La Rioja, Carrodilla-Mendoza, Córdoba, Malargüe, Santa Fe y como misionero por tantos otros lugares de Argentina…

Pero un misionero, apasionado por la persona del Señor y por compartir la Buena Nueva con los demás, desde su vivencia de lo que predica y anuncia, tiene la seguridad de que al final del camino le espera el encuentro con su Señor…Y ese era el pensamiento que lleva clavado en el corazón mi querido hermano en sus últimos años, y ese, sin duda, ha debido ser el pensamiento que ha embargado toda su persona en esos dos últimos días de su vida en la tierra estando recluido en el hospital y en medio de su soledad con momentos de lucidez y con momentos de inconsciencia…

Nos hubiera gustado a mi hermana y a mí, los dos hermanos de sangre del P. José Mª que estamos en este mundo, y también a dos cuñados y a los tres sobrinos carnales de nuestro hermano, nos hubiera gustado estar presentes en el funeral y despedida de mañana, día 20. Pero nuestra edad y los diversos achaques que se van añadiendo nos lo desaconsejan y los sobrinos tampoco se encuentran bien de salud. No obstante, estaremos unidos a ustedes y a esas buenas gentes para celebrar el “paso” del P. José Mª a la presencia del Señor.

Sí quisiera agradecer en nombre de mi hermana, de mi familia y en mi nombre a los Oblatos, al Sr. Arzobispo de Santa Fe, a los Sacerdotes y a tantas personas buenas de esa Comunidad parroquial, del Colegio y de las demás Comunidades cristianas donde estuvo mi hermano, tantas atenciones como le han dispensado durante su vida y tanto aprecio y cariño en estos dos últimos días. ¡Que Dios se lo pague!

Y finalmente con todos ustedes, desde España, queremos proclamar ¡Bendito sea el Señor que nos concedió disfrutar y beneficiarnos de este don que fue mi hermano el P. José Mª! ¡Que él siga siendo desde la eternidad el misionero que nos sigue hablando de Jesús con convicción y seguridad y nos sigue abriendo el camino hacia Dios.!

P. Aladino, OMI

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