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ANTE EL 17 DE FEBRERO

Queridos hermanos: mañana celebramos el 185 Aniversario de la Aprobación de la Congregación y de nuestras Constituciones.

Con este motivo, permitidme entrar en vuestras Comunidades, a través de vuestros ordenadores personales o comunitarios, para FELICITAROS a todos en este día. Mejor dicho, para invitaros a felicitarnos mutuamente. Es un día grande para todos nosotros. Es un día para “ re-cordar” nuestros orígenes y nuestra expansión posterior. Cuando fuimos aprobados en 1826, éramos 18 oblatos y 8 novicios con 4 Casas en 4 Diócesis. Hoy somos una gran familia.:4111 oblatos extendidos por los 5 Continentes.

Y con mi felicitación, quiero compartiros mis deseos y mis sueños.”Soñar uno solo, es solo un sueño; la utopía compartida puede hacerse realidad”(TCA,7) Soñemos con una Provincia mejor y con savia nueva. Dentro de un año, tal día como mañana, nos constituiremos en una nueva Provincia. Soñemos con Comunidades vivas, convertidas al Evangelio como nos pide el reciente Capítulo General.

Quisiera, hoy, ser el humilde “alta-voz” de la hermosa y entrañable carta que el Padre General, nuestro Hermano Mayor, acaba de escribirnos con motivo del 17 de Febrero. Os invito a leerla y meditarla despacio. Es una invitación a la perseverancia entendida como “llamamiento continuo a vivir más plenamente lo que hemos prometido al Señor en nuestra consagración Religiosa”.
Al final de su carta nos hace una invitación valiente: que tomemos en este día, la Cruz Oblata en las manos y pasemos algún tiempo en oración ante Cristo crucificado. ¡Qué buena idea! Y, al hilo de la oración, que respondamos sinceramente a las 6 preguntas que nos hace sobre la calidad de nuestra consagración. Imaginémonos que estas preguntas nos las hace el mismo San Eugenio.

Mañana estamos invitados a Concelebrar comunitariamente la Eucaristía en Acción de Gracias por nuestra vocación y a renovar nuestros votos y nuestra consagración a María Inmaculada. Que sea un momento entrañable y una experiencia de la presencia y acción de Dios de Dios en nuestras vidas. Que vivamos en unidad, fidelidad, y sobre todo en caridad, como nos pedía el Fundador( C.37)

Sintiéndonos unidos a todos los hermanos de la Provincia y de la Congregación, en Cristo y María Inmaculada.
Otilio Largo OMI

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